miércoles, noviembre 15, 2006

Tu ausencia es la cruz en la que ardo...

La apatía es la diosa
y los vagones están llenos de poetas muertos
de rostros oscuros y de sangre que hierve
Pero el ruido impide que escuchemos el llanto…
Hasta que llegas tú a mi recuerdo, muchacha de diciembre,
entonces cada estación es una ráfaga de viento
que abre las puertas del tren número 7
El invierto llega cuando me das la espalda,
si con los ojos te digo que somos iguales
pero te niegas a apoyar tu rostro en mi alma…
El verano es un café lleno de tu risa
a pesar de aquellos escritores,
que recién se subieron en la estación del cementerio…
La primavera son tus ojos entre abiertos
y si el aire empieza a nacer en tu blusa, entonces es el otoño…
Sentada va la muerte, esperando su turno, en el tren de la vida
Los indiferentes la aplauden
y de sus manos huyen mil murciélagos blancos
Mi estación ha llegado,
Mi congoja es la misma...
Y así espero la noche con sus lágrimas negras
Al final de tu beso las estrellas no brillan…
y tu ausencia es la cruz en la que ardo...


Evan Lewis
New York City

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